Nos entusiasma mucho la idea de generar rincones verdes o sectores de jardín interno en casa. Cualquiera puede tener un jardín en su hogar, ya que toda esquina se puede convertir en una pequeña jungla con solo un poco de trabajo.
Lo primero y quizás más importante es hacer un breve relevamiento del espacio que hay disponible: ¿dónde queres ubicar tu jardín interno? A veces un hueco debajo de la escalera, una esquina que está hace tiempo en desuso o incluso un sector de una pared, ¡pueden ser los lugares perfectos para armarlo!
Según el espacio disponible con el que cuentes es la manera en la cual podes elegir ubicar tus plantas; sean puestas sobre un mueble, sobre un estante, en el piso, sobre maceteros de altura o colgando, las plantas tienen la cualidad de llenar de quietud los ambientes, dotándolos de una sensación más amigable y acogedora.
Es importante que elijas variedades o tipos de plantas que, además de ser de interiores, te resulten agradables y reconfortantes, ¡ya que a fin de cuentas el objetivo es que puedas relajarte y disfrutar de estar en tu propio espacio!
Las plantas que selecciones y la forma de ubicarlas y presentarlas van a ser los factores que marquen la personalidad del jardín y la sensación que te va a generar cuando lo veas.
Si no contas con mucho espacio disponible a nivel del piso, recuerda que podes aprovechar para tener una huerta o macetero vertical. Además, si tu espacio ya de por si es pequeño podes elegir tener plantas aromáticas, como la albahaca o el orégano, que además de ornamentar, purificar el aire y volver agradable y acogedor el ambiente, pueden ser utilizadas para la cocina.
Ahora podes recostarte con una manta y almohadón de Catania y mirar tu jardín interno por el tiempo que quieras. ¡Siempre es hora de disfrutar de tu casa!
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